Un dedoperro y un ojomiente suponen mucho más de lo que saben.
Espero que el dragón de reflejos azafrán defeque sobre su culmen y anule,
como si fuera un dios en tormenta,
esa parafernalia de papel y alambre que los sujeta al suelo.
Que no distinga entre célibes sesos reverenciados,
estómagos llenos de digestión eterna, hígados sin dicha,
pacientes cepos en espera de una pata
o kilometrajes ocultos bajo cero, porque no existen.
Mientras, yo nado síndromes de abstinencia, espacios de contorno ambiguo,
orillas pobladas de algas que se alojan en mis huecos
y pañuelos cargados de mocos dentro de libros
escritos con todo lo necesario: espadas blancas,
copas tan altas como el estío,
lazos de color violeta con roja cresta de gallo
y algunas latas cargadas de gasolina.
Luego la barbilla se me irá al cielo
para que mire un rastro de luz en hilos indescriptibles
bailar sobre mis ojos
Assumptio non est verum, sed volantes oculos.
3 comentarios:
Sigue mirando las estrellas en lo más profundo de tus raíces, donde se acurrucan los sueños.
Oculos habent et non videbunt
Pues yo en vez de mirar estrellas estoy mirando esos pañuelos de mocos que en vez de entre libros, los tengo entre versos. ¡¡Vaya resfriado!
¡¡ Atchisssss !!
Cuidado con mi virus Susi, que porinternet dicen que también se contagia
Un saludo!!
Gracias, Huellas, tú también sabes mirar.
¡Brujo, mira hacia otro lado cuando estornudes, o te pido daños y perjuicios!
Un abrazo para los dos.
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