Doy cuenta del día en el que arrastra el tiempo
de las azucenas muertas,
ese espacio que malquista mundos
con el centro relativo,
cabello y diente dentro de un barro
que nunca quiso ser ángel protector de la simiente.
Vuelvo la vista y comprendo fuego con agua
en el saco que llevo a cuestas
por una senda invisible.
Cuando se pierde el camino,
aparece la máquina de la que se sirven voces,
fermentos y alquimias, dando cuenta
de que son los labios blandos
los que mueven las mareas.
8 comentarios:
Y las esencias, las que envuelven tu agua con fuego.
Me encantan tus idas sin vuelta
Besos
Detrás de los labios lo que no se nombra y mueve y nos conmueve al unísono. Besos.
http://www.youtube.com/watch?v=VG-YPJUQ3j8
No hay regreso. Sólo seguir el camino hasta que el círculo se cierre.
Ana, besos a miles.
Vente a mi isla, Arkha. Allí veremos un amanecer sin fin.
Hoy nieva, pero ya no siento el frío.
Te abrazo el alma.
Llevamos cada mochila Susi, y ni así nos apartamos del camino amiga, es que no hay vuelta no. Y que bella ha de ser la nieve, esa pureza, ese frío que no se siente en amaneceres para siempre. Hay que soñadoras somos las dos, aún viviendo realidades, cosas de locos y poetas. Abrazotes mi reina, que te quiero!
Si no fuésemos soñadoras, a ver de qué íbamos a escribir versos, Lyliam. Seguramente nos gustarían más los contratos. Pero qué aburrimiento ¿no?
Esos abrazos, ya sabes que no te los devuelvo, me los quedo todos. Yo te envío los míos bien calentitos.
Dices a Ana mas arriba, que no hay regreso. Sólo seguir el camino hasta que el círculo se cierre
Eso son ríos en círculo, aun no los he visto jajaj y siempre ando buscándolos.
Saludos
Pues nada, brujo, no desesperes, que algún día los verás.
Un beso.
Publicar un comentario