En el Espejo nos contemplamos. Para Álvaro el poeta, acción en la logia de los ecos.
Si el sendero se mueve a cada instante, imprevisto por el llanto
de un tiempo moribundo que no existe en la ausencia del sonido,
reconocedme entera y frágil entre las manos
de mil clámides al aire devastando las fronteras.
Hecha de pozos y lluvia volante,
supuración consentida y luego hambre,
brevísima como un planeta
que aún se asombra por el placer que encuentra en cada giro.
Contemplad en las yemas de mis dedos
la inversión de la prístina dolencia soportando sus dolores,
la boca de un muro, ruina de instantes callados.
Impasible ante el rumor del alud de las miradas, pierdo el rumbo,
soy hábito y sorpresa que saluda a la constante,
clave de sol que envuelve el sudor de las luces antes de que vuelva el día.
Se puede batallar y ser paz,
se puede ser nacida para nada
y en el vacío
fundirse.
2 comentarios:
Pues hola, sorpresa. :)
¡Hola Virginia!
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