Los cielos del norte no sorprenden la vista con aguaceros de rayos de desolación.
Lo hacen con la suavidad de un azul imposible.
Allí caben el desamparo y lo excelso
en un milímetro cuadrado,
lo eterno y lo efímero mistificado por la apariencia de la piedra.
Playas de nubes cegadas por los mil matices que propone un mar de aire,
doblan sus rodillas ante la luz del sol filtrada por la humedad, el polvo y la ceniza.
Esos brillos de metal frío sólo se encuentran en el centro
de algún cráter encendido por la mano muerta de un arcángel anunciador.
No es posible reproducir la visión, sólo se puede acudir a la frágil memoria
para sentir que los ojos navegan por un infinito acostumbrado
a la ingravidez de las raíces.
4 comentarios:
Es posible ver, si, si es de tu mano. Vos pintás con palabras y al leerte solo es cerrar los ojos y doblar las rodillas ante las nubes en igual posición frente a la luz del sol y sentir el azul en los ojos. En un milímetro cuadrado pueden caber todos los matices como en un poema pueden caber todas las maravillas. Y yo te imagino, asomada a algún crater con tu lápiz, fascinada,dibujando poemas. Un abrazo, mi susi, siempre un placer leerte amiga querida.
Pues más o menos es así, me asomo al cráter, y a ver qué veo.
Lyl, amiga tanguera, sabes dónde estamos para lo que sea.
Un abrazo largo.
Mi amiga rebelde, me recuerdas a un pintor que se funde en la tristeza del paisaje. He sufrido por las rebeldías y las incomprensiones, ya ves, a mi mujer la llamo,a veces, Antígona, ¿Para cuándo el amor? Me pregunto. Y Susi sigue en su mundo, ese que hace que nosotros nos acordemos de ella, ese que derrocha amor por este mundo que nos ignora.
Un abrazo.
Siendo Antígona hija de Edipo, tampoco es que tenga toda la responsabilidad en el tema, Efe.
A veces pienso que somos presas del destino, y otras veces creo que hay que crear caminos nuevos.
En cualquiera de los casos, sabes que aprecio mucho tus visitas.
Un abrazo, amigo.
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