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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

martes, 25 de septiembre de 2012

Pintada en sepia





Una mujer color de tinta cobriza

cimbrea su postura mirándome desde el balcón 

de un espejo cómplice en el azogue.

Mercurio diseña por ella los movimientos, tan lentos

que se diría que el tiempo aún no ha nacido

para el bostezo infinito.

Elástica y dolorosamente bella,

con esa quimera pintada en la frente

como un lunar de Shiva,

ladea la cabeza y su pelo es cascada 

en horizontes verticales

de pétalos aparecidos para el placer de las orquídeas.

Nada más se mueve en el marco,

que aparenta ser imagen borrosa por el humo de los cigarrillos.

Levanta una mano,

las dos,

hacia el cielo, 

y se ofrecen mil reproducciones de ese milagro.

Con cándida lascivia se descalza luego asomando un pie

digno de que lo adoren todos los componentes

de todas las dinastías, lo acaricia, frágil polluelo,

me mira de nuevo y sonríe

como un ángel que nunca viera morir su sexo

por afán de lo extraordinario.

Con sólo ese gesto, hace que la eterna canción de las esferas

sea un breve silbido de sonidos apagados.

Y yo lo comprendo entre mis manos radiantes.





6 comentarios:

Unknown dijo...

Guau, qué parnasiano. Está buenisímo, "la eterna canción de las esferas", me recordó a tres flashback de mis influencias y que te las comparto: el poemario del gran poeta chileno, Enrique Lihn, "La musiquilla de las pobres esferas" que te lo recomiendo; una escena del Moby Dick de Melville: "Aunque en muchos de los casos, este mundo que vemos, parece formado en amor, las esferas invisibles se formaron en terror", y por último eso me dirigió al nombre de la banda del más grande escritor de canciones de tu país: Nacho Vegas, y también a su canción "El fulgor", en donde hable del sonido de las esferas que nadie salvo él pudo oír. Saludos Susi, sos sorprendente.

Johanna Tolvett dijo...

Querida Susi, leo esta maravillosa inspiración y me cuesta comprender que pese a los momentos que están pasando en tu país tú seas capaz de disparar estas balas de amor... Con una estética perfecta y diferente a lo que nos tienes acostumbrados has creado un todo que me transporta a una deidad misteriosa y que en su conjunto me hizo recordar algo que he estado leyendo y que quiero compartir contigo: "Y el Buda dijo: No descuides las acciones negativas sólo porque son pequeñas; por pequeña que sea una chispa, puede incendiar un pajar tan grande como una montaña... No descuideis las buenas acciones pequeñas creyendo que no aportan ningún beneficio; incluso las menores gotas de agua acaban llenando un recipiente enorme" (El libro tibetano de la vida y de la muerte). Tú me transmites esas buenas acciones desde siempre, nunca serán una causa perdida amiga, pase lo que pase al rededor.
Hermoso lo que nos compartes hoy, te dejo un abrazo fuerte y mi paz.

susi underground dijo...

Es verdad, me ha salido parnasiano. Bunker, eso es lo bueno de tener lectores como tú, que a una la ayudan a conocerse. Me declaro diletante, errática y caótica, a mi también me extrañan mis cambios de estilo, pero sale lo que sale dependiendo de no sé qué.
No conocía esas referencias de las que escribes, pero no tardaré en hacerlo. Sí, ya sé de tu devoción por Nacho Vegas. Si te soy sincera, creo que es un artista no para escucharle en cualquier momento, a veces abruma tanta condensación de sentimientos.
Un abrazo, pedazo de poeta.

susi underground dijo...

Yo creo que es precisamente por eso, Johanna. Si no encuentro en mi mundo algo que me haga olvidarme de lo que está sucediendo, lo pasaría mucho peor. Llamo a la puerta de la imaginación, busco palabras que me curen y vuelvo liberada, no dolida.
Estoy completamente de acuerdo con las palabras de Buda. Es más, me parece que son las pequeñas acciones, privadas, cotidianas, las que nos salvan o nos encadenan, dependiendo de lo que elijamos hacer o pensar.
Tu paz me llega, siempre lo hizo. Abrazo laaargo y sincero.

Lyliam dijo...

Y yo? Que hago luego de estos comentarios? Yo sé sin embargo que estás bastante loca y que lo que me queda siempre siempre es esa sensación de que hay amor en cada cosa que vos tocas, ¿será que debo ir ahora mirando las ventanas? No sé muy bien que sos pero sé que sos linda, que me haces ver belleza hoy y yo encantada!! Un abrazo mi amiga querida, te extrañe otra vez y te encontré como siempre cerca mío, gracias.

susi underground dijo...

¿Sabes una cosa, Lyliam? Desde que estoy conociendo a mujeres como vosotras, inteligentes, solidarias, activas, amorosas y con una ética más que probada, se me ha despertado una especie de sensación de pertenencia a lo femenino que antes nunca tuve. No estoy hablando de un mundo de mujeres, sino de esa parte de la vida que hace avanzar en silencio, que no se pliega a los machos destructores, sino que los despierta y los convierte en ángeles compañeros de vida.
Escribo desde mi y desde todas las personas como vosotras, esperando que l@s demás se atrevan a dejar de pensar el mundo desde el poder del padre padrone, que algun@s parece que tienen el síndrome de Estocolmo, oye.
Reflejo lo que me dais, y lo que me dais es ganas de amar la vida en su totalidad. Ya sé que te he dicho muchas veces que te quiero, pero como es cierto, te lo repito.
Lyliam, bonita, espero que lo del huracán ya sólo sea un mal recuerdo. Besos miles.