La mueca falsa, la risa fingida
sueños sin ilusiones,
rictus de comedia triste,
trajes de fiesta con remiendos,
nada.
El plan de los dioses fue otro,
lo distinto repicando,
por fin,
sobre las hebras del hilo que nos teje,
tan fina la seda
que cualquier viento la desgarra.
¿Qué hacer,
sino caminar muertos
reuniendo los trazos
hasta que el dibujo se desvele?
4 comentarios:
¿Qué hacer amiga?
Más bien yo diría caminar vivos, más vivos que nunca, unidos, siempre manteniendo la esperanza en el hermano que está para caminar a tu lado, que no es uno, son miles... Resistir es vencer.
Un abrazo y todo mi cariño!!!
La imagen del espejo, no digo que me obsesione, pero sí me sigue a menudo. Y con tu comentario tengo más claro por qué. Si no te miras en los otros, no eres nadie, si otros ojos no te dan identidad, no existes. Y luego caminar a su lado, uno, cientos, miles. Si no resistes, mueres, si aceptas que no eres nadie, mueres, si sales a la vida, vives.
Agnes, querida y valerosa amiga, gracias por decirme lo que necesitaba. Un abrazo grande, grande.
Pues la trampa de Maya siempre está a la orden susi, ahora la idea es que no es tan difícil vencer a los adversarios sean quiénes sean y no importa la cantidad lo lograríamos, hay infinidad de formas. Pero nosotros mismos, derrotar nuestra propia incertidumbre, nuestro interior, es muchisimo más difícil, y es que no podemos engañarnos a nosotros mismos. Amiga, caminar "juntos", ahí está la clave y en lugar de hilos usemos telarañas ¡y a ver quién puede con nosotros! Te quiero y ¡arriba las manos!
¡Esto es un abrazo!!
De acuerdo completamente, Lyl, no podemos engañarnos a nosotros mismos, por más que queramos vestir nuestras miserias de lentejuelas.
Sumar, no restar; sumar es la cuestión. Y crecemos en telarañas de finos hilos que, uno por uno, no son nada. Las manos, siempre arriba esperando tu abrazo de uruguaya salerosa. Te quiero, poeta de los ojos bellos.
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