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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

sábado, 16 de junio de 2012

Un cabello



El extremo me tocó con un cabello;


en la cintura, un soplo de succión


elabora sus tareas


sin esperar a nadie.


Sobre la plazuela del caballo loco


todo se mueve:


el calor reverbera en fuentes,  


los gritos de los niños forman cristales


y un sabio declina, invisible para todos.


En la campana, la salvación y la muerte.


Pero la totalidad no es un huésped respetado.

4 comentarios:

Lyliam dijo...

lo de las fuentes me hizo recordar el venir conduciendo por la carretera un día de verano sofocante y esas ondulaciones que marean, o será que entre comentario y comentario marchó otro vaso ajjajajajja, no hay caso ¿será que tengo que contestarte los domingos? Eso si, si hoy me tocase con un cabello, apenas con la punta de un cabello creo que se me derretirían las caderas amiga. Que soledad de pelos.

susi underground dijo...

Jaaajajjaa.... qué soledad de pelos, amiga. Pues esperaré los domingos para reírme contigo, Lyl.

El Brujo de Letziaga dijo...

¿De que color será el cabello?
¿Tocará todos los palos?

Seguro susi que tu de eso sabes un rato bueno jejej

Saludos.

susi underground dijo...

Tooooodos los palos, brujo.
El color, como ya ha quedado demostrado en incontables ocasiones, no tiene ninguna importancia.
Luego te visito, que he visto en el mail un título tuyo muy interesante.
Muakis.