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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

miércoles, 4 de abril de 2012

La fiebre


Era fiebre, sólo eso.

El asfalto gastado resumía en ocasiones

sus moléculas y otras veces las dilataba.

La carretera ondulaba como una culebra

saltando en la acequia salpicada por la lluvia

y la furia de mis lunares resquebrajaba

cualquier aproximación de las arenas movedizas.

Era fiebre y sólo eso,

la luna tenía la cara morada

y las nubes la rajaban como a ojo de santo

cuando la cafeína teñía las fotos de sepia.

Eran macabras las referencias de las aceras,

sombreadas de amarillo sucio por los condones

usados como piscinas irreverentes 

para vivir el arte de las buhardillas,

altas, altas, más cerca del cielo.




"Y me aferro a una roca más dura que dios,
y la falta de oxígeno nubla mi cabeza,
y sé que un poco más bastará para salvarme un trozo de verdad bastará para salvarme,
una sola gota bastará para salvarme, un centímetro bastará para salvarme,
un poco de paz bastará para salvarme."

   La letra de esta canción es de nuestro gran Juanito Oiarzabal

4 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bueno tu poema. Esa carretera, se entremezcla con las imágenes de la cafeina, los condones, la acequia, la furia de tos lunares.... en fin, en tu magistral alquimia consigues, una vez más la fórmula magistral de un poema lisérgico y lleno de fuerza, sí, Tu fuerza. Me encanta tu obra... lamento tanto no poder visitarte con la frecuencia que me gustaría. Te enviaré un mensajito privado para explicarte alguna cosilla,
Un fuerte abrazo, poeta.

susi underground dijo...

En alguna ocasión te he comentado la afinidad de nuestros puntos de vista, Jota. Yo te siento como un hermano a quien hay pocas cosas que explicar.
Estoy convencida de que tu paso por la vida no es desde la inconsciencia.
Eso ya te sitúa por encima de la media.
Un abrazo, brother.

Huellas dijo...

La fiebre de la vida, de la que se vive con intensidad sin miedo a descolgarse desde los precipicios que nos funden de adrenalina.
Me encanta tu fuerza Su, la tienes en cada poro.

Un beso

susi underground dijo...

Ana, la fiebre nos da calor, ensancha nuestras venas para que ese líquido rojo se dedique a lo suyo, alimentarnos de vida.
Los precipicios ofrecen una perspectiva muy interesante.
Ayyy, qué karma jajaa
Un besazo.