Lo imperfecto se revuelve
entre paredes
de plástico pintado
por aerosoles de eléctricos verdes
nacidos de la cavidad insana
de alguna cabeza hueca.
El rostro doliente
de la antesala de la faringe
se esfuerza por cantar un blues
angloliofilizado
en la cadena de montaje,
pero no sale.
Sobra desidia
o falta líquidez,
aquí entraría el Southern Comfort de Janis,
siempre dispuesto a dar
el do de pecho.
De todas formas
siempre
hay
que
forzar
el
gaznate.
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