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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

jueves, 13 de octubre de 2011

Cadaver exquisito nº 3


Escrito por Freaky & susi










Latas de cerveza vacías sobre la mesa... paquetes de tabaco por 
el suelo... en el aire música de r&r... el balcón abierto de par en par... 
ruido de coches... gente... sirenas de ambulancia... rugido de autobuses...


Un cielo como un martillo de plomo sugiriendo mil excusas para no 
tener que hacerlo. Estoy harta de coños ensimismados que no 
salen de su ventana de suspiros de nácar, como una casa de 
caracolas con una perla dentro, encerrada. El oxígeno ilumina uñas 
y pestañas, pelo de terciopelo azul y capa negra, brillante, con forro 
rojo de seda, zapatos de claqué y pajarita para la ocasión, 
una botella de Dom Perignon, como en las novelas francesas, y un 
ventanal con vistas al mar, la luna brillando sobre un piano de cola de 
negro charol. 
Los músicos interpretan Sommertime mientras la brisa marina inunda 
toda la estancia.


La princesa está triste, está triste la princesa porque bajo su colchón 
se esconde un guisante que no le deja dormir...
¿se esconderá a la intemperie? 
¿o preferirá mostrarse en lo oscuro de los tiempos?


Y volviendo a lo que nos interesaba, qué pobres son los abyectos 
catecúmenos que quieren imponer el rastro de una herida sangrante.
A altas horas de la noche respiramos el latido de una jarra llena de 
lágrimas de asfalto y de papel mojado... en la fría noche de diciembre 
algún gato llega  doblando una esquina, sonríe y rápido escapa hacia 
el fondo oscuro de la noche... ahí desaparece.
La lluvia fina moja mi pelo y las luces de los bares comienzan a 
distorsionarse por el alcohol.


Bravo por la pesadez del átomo grandioso perdido en el alcantarillado 
de la quimera.
Puede que sea estatua en el río... 
o puede que abra las puertas que el mar no tiene.

2 comentarios:

El Brujo de Letziaga dijo...

"La lluvia fina moja mi pelo y las luces de los bares comienzan a distorsionarse por el alcohol"...esa frase me ha hecho recordar el "sirimiri" de mi tierra o el "orvallo" de Asturias...y claro está todo lo demás, los poteos y las distorsiones e incluso un banco de una plaza y alguien durmiendo la mona.

Bonito relato, muy sui generis de tu estilo...

Un abrazo

susi underground dijo...

Hola, brujo. Este relato lo hemos escrito un amigo y yo con la técnica que los surrealistas llamaron el cadáver exquisito... esa frase la escribió él, que también entiende mucho de poteos, y tal jeje

Gracias, Benjas, nos vemos.